Buceando en mi historia escolar buscaba
experiencias de aprendizaje cooperativo y, la verdad es que encuentro algunas,
bastantes en realidad. Cooperando, trabajando con mis compañeras, con mis
amigos, hemos ido aprendiendo muchos contenidos, estrategias, competencias,… La
satisfacción de (¡al fin!) dominar, un contenido concreto, de haber alcanzado
la comprensión juntos conduce a que, en la medida que uno va aprendiendo ayuda
a los demás a aprender. La pena es que todo este aprendizaje cooperativo se
realizaba fuera del aula, desde luego lejos de la intencionalidad de la mayoría
de mis profesores/as, principalmente individualistas o competitivos.
Tengo la suerte de trabajar
habitualmente con grupos reducidos de alumnos/as lo que facilita mucho la
utilización de estrategias de aprendizaje cooperativo, pero muchas veces no lo
estoy utilizando de forma explícita lo que hace que no aproveche al máximo sus
beneficios. Me parece imprescindible incluirlo como parte importante en la programación
y no olvidarlo en la evaluación.
Imágen procedente del Banco de Imágenes y Sonidos de Inteff. |
A veces la distribución del
trabajo hace que los equipos sean cooperativos hacia dentro pero competitivos
con el resto. Creo que hay que cuidar esta parte asignando a cada uno de ellos
una función específica que contribuya a un trabajo/beneficio común del
grupo-aula.
Veo fundamental incorporarlo en la evaluación en una doble vertiente:
- Es necesario evaluar las estrategias, metodologías que estamos empleando para saber si realmente merece la pena utilizarlas.
- Si creemos en el aprendizaje cooperativo y la evaluación ha de ser formativa no podemos obviar la utilización de la evaluación cooperativa.
Por último quiero expresar un deseo. Como creo firmemente en los beneficios del trabajo cooperativo, compartir conocimiento/experiencias, construir juntos, corregirnos juntos; deseo que el trabajo cooperativo llegue a todos los rincones del claustro, del mío y de los vuestros.
Como miembro de tu claustro me sumo a tu deseo y me ofrezco a contribuir para que el deseo sea una realidad.
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