Hola
Hace mucho que no hablamos y mucho más que no hablamos... una pena. A pesar de eso cuando me dicen que tengo que pensar en alguien que haya sido especial para mi formación sigues siendo la primera persona que viene a mi cabeza.
¿Te acuerdas cuando con 15 años te decía que quería dedicarme a la educación? Y tú, como no, me animaste a ello. Y aquí estoy. Reto conseguido. Y mil retos que se abren ante mi cada día.
Estoy contenta de trabajar cada día en lo que quiero. Me encanta el contacto con los chicos y chicas, con las familias, con mis compañeros/as y con un montón de educadores/as que no conozco personalmente pero con los que comparto en las redes cada día y de los que aprendo muchísimo. Esta parte me encanta pero hay otra que no. A veces me ahoga la falta de tiempo para hacer todo lo que quiero, me produce ansiedad el excesivo papeleo y burocracia que debe hacer para cumplir con mi trabajo y en el que no creo. Me frustra la incapacidad o la poca influencia que tengo para promover procesos de cambio hacia una educación más humana, cercana a la que tú practicabas.
Sigo siendo desordenada, algo caótica y despistada y estas características en ocasiones me dificultan el trabajo. Pero, aunque a veces sigo siendo algo "cobarde", he ganado mucho en seguridad, mis alumnos/as me sienten cercana. Intento ponerme en sus zapatos y creo que lo consigo, ellos/as así lo piensan.